¿Qué quiere Dios del hombre?

CONTINENTE AMERICANO Los astrónomos dicen que nuestro sistema solar con todos los planetas dentro de nuestra Galaxia equivalen al tamaño de una moneda dentro del Continente Americano. Nuestro continente tiene 42.500.000 km² de superfiece y 14.000 km de longitud desde Alaska a Usuahia. Imaginenlo por un instante. Nuestra salón tiene unos 200M2 Si te parece pequeño nuestro sistema solar dentro de nuestra galaxia, te invito a un viaje espacial y vamos un poco más allá y veamos que hay. VÍA LACTEA CON SUS DIMENSIONES Nosotros habitamos en una galaxia, llamada vía Láctea. Si le quisieras decir a algún alienígena amigo de otra galaxia, veníme a visitar a tomar unos mates a casa y te pide que le googlees tu dirección para llegar, más o menos deberías pasarle estos datos. Y ese punto no se ve. AHÍ ESTA TODO NUESTRO SISTEMA SOLAR. La galaxia más cercana que tenemos se llama Andrómeda ¿A qué distancia creen que estamos de esta, nuestra galaxia más próxima? Suponiendo que pudieramos viajar a la velocidad de la luz que recorre 300.000km/s llegaríamos en unos 2 millones de años. PERO VEAMOS UN POCO MÁS ¿Cuántas estrellas creen que tiene nuestra galaxia La Vía Lactea? En nuestra galaxia existen 200.000 millones de estrellas, el problema que para contar cuantas estrellas hay en todo el universo hay que saber cuantas galaxias existen. Nuestros astrónomos han encontrado hasta ahora 100.000 millones de galaxias mas, además de la nuestra. O sea que si quiesieramos calucular cuántas estrellas existen en el “UNIVERSO CONOCIDO” haríamos una multiplicación y daría un número incalculable de un 1 seguido de 22 ceros de estrellas.  

UNIVERSO CONOCIDO PARA SIMPLIFICAR ALGO TAN GRANDE: Alguien lo resumió así: "El número total de estrellas en el universo es mayor que todos los granos de arena en todas las playas del planeta Tierra". La afirmación proviene del astrónomo estadounidense y maestro del universo Carl Sagan, quien la formuló en su programa de televisión "Cosmos", un éxito masivo en los años 80. LO PUEDEN IMAGINAR Las distancias en el universo son tan grandes que no se pueden medir en km, entonces se miden en años luz: El centímetro o metro no te servirán de nada. El universo observable o conocido, es sólo aquello que hemos podido estudiar porque no tenemos telescopios más potentes, parece extenderse por aproximadamente 13.7 mil millones de años luz. Existe una posibilidad real de que abarque mucho más, o sea que viajando a la velocidad de la luz deberíamos viajar miles de millones de años para tratar de llegar de un extremo al otro, siempre hablando de lo que descubrió hasta ahora la ciencia. Pero hay más, cada vez que se construye un telescopio más potente, más grande es la sorpresa del mundo científico por lo nuevo que pueden observar y descubren más cosas de lo conocido hasta ahora, INCLUIDA LA MATERIA OSCURA QUE ES UNA FUERZA QUE SUSTENTA COMO UN PEGAMENTO A TODO LO QUE EXISTE Y NO SABEN DE DONDE VIENE. NUESTRO UNIVERSO ES INIMAGINABLE, INCALCULABLE, SORPRENDENTE, INFINITO, ASOMBROSO. SI LA CREACIÓN ES INMENSA Y ASOMBROSA, IMAGINA A SU CREADOR: ES INDESCRIPTIBLE, NO TE ALCANZA EL LENGUAJE PARA DESCRIBIRLO. Génesis 15:5 (LBLA) (Dios) Lo llevó fuera, y le dijo (a Abraham): Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia. A Abraham no le habrán alcanzado los dedos de las manos, pies y granitos de arena del desierto donde vivía para tratar de contar. Más adelante el salmista nos revela algo sorprendente de alguien que sí las puede contar con precisión. Salmo 147:4 (LBLA) Cuenta el número de las estrellas, y a todas ellas les pone nombre. ESTA HABLADO DE DIOS, ESE MISMO DIOS QUE PONE NOMBRE A LA INFINITUD DE ESTRELLAS, TE CONOCE POR TU NOMBRE SOLAMENTE MIRA AL CIELO, Y VERÁS QUE DESDE ALLÍ LA CREACIÓN NOS GRITA CUAN ASOMBROSA ES LA GLORIA DE NUESTRO GRAN DIOS. Salmo 19:1 (RVR60) Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Dios es más enorme de lo que puedas imaginar. Algunos cuestionan lógicamente que si Dios hubiera creado el universo como nuestra habitación no sería un Dios coherente o inteligente, porque el universo sería demasiado grande para que solamente los seres humanos habitemos en él (de ahí su búsqueda de vida inteligente extraterrestre), el problema de este argumento es el enfoque: DONDE EL CENTRO es EL HOMBRE. Pero este enfoque es equivocado, porque no es nuestro Universo, sino el de Dios y no fue creado con el propósito principal y único de que sea nuestro hogar, sino que el Propósito Principal del Universo es anunciar y mostrar la Majestad y grandeza de Dios. Por la Palabra del Señor fueron creados los cielos y por el soplo de su boca las estrellas, y Dios dijo hágase la luz y la luz se hizo (imagínense a que velocidad y la magnitud del poder de Dios actuando en la creación). Hoy no es mi intención hacerte sentir pequeño, mi intención es hacerte saber que realmente eres pequeño, somos pequeños, el mundo es pequeño, nuestro sistema solar es pequeño, la vía láctea es pequeña, naciones, gobiernos, ángeles, principados, tus problemas, lo más grande que te puedas imaginar como el Universo conocido que vimos es pequeño delante de nuestro Gran Dios. Ahora, la pregunta de hoy es ¿ qué quiere este gran Dios de nosotros? 1- Este gran Dios quiere que lo conozcamos «¿Qué quiere Dios del hombre?» «A mí no me importa en absoluto». Ésta podría ser la respuesta de multitud de personas en nuestros días. Muchos hacen suyas sin saberlo las palabras del antiguo Faraón de Egipto: «¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?» (Éxodo 5:2). Esta pregunta es la expresión del ateísmo, de la indiferencia, o de una fe superficial que rehúsa profundizar en el conocimiento de Dios. Pero el hombre no puede librarse por completo de la idea de Dios. A veces ni siquiera puede evitar que se le escape de los labios su nombre, que está por encima de todo nombre, aunque muchas veces se haga de modo inconsciente. Anécdota: político republicano francés del siglo pasado, León Gambetta, quien en cierta ocasión declaró: «No podéis imaginaros cuánto esfuerzo me ha costado eliminar de mis discursos la palabra Dios. Pero por fin, después de grandes esfuerzos, ahora, cuando hablo en público, puedo hacerlo sin mencionar ese nombre..... Gracias a Dios» En el fondo de la mente, e incluso en el subconsciente, el hombre no puede liberarse por completo de la idea de divinidad. ¿Existe Dios o no existe? Si existe, ¿ cómo es?, ¿ qué piensa?, ¿ cuál es su voluntad? El gran deber de todo ser humano es llegar a conocerle. En el libro del profeta Jeremías (9:23–24), leemos palabras que debieran ser tomadas seriamente en consideración por todos. Jeremías 9:23–24 (NBLA) Así dice el SEÑOR: «No se gloríe el sabio de su sabiduría, Ni se gloríe el poderoso de su poder, Ni el rico se gloríe de su riqueza; 24 Pero si alguien se gloría, gloríese de esto: De que me entiende y me conoce, Pues Yo soy el SEÑOR que hago misericordia, Derecho y justicia en la tierra, Porque en estas cosas me complazco», declara el SEÑOR. Pero, ¿Qué significa conocer a Dios? Para muchos conocer a Dios es simplemente tener un conocimiento mental correcto. Y esto es positivo. No podemos conocer a Dios si tenemos ideas equivocadas de Él. Esto es esencial para el ser humano Porque todo hombre, en cualquier momento de la historia y también hoy, debe definirse personalmente y nuestro concepto de Dios afectará toda nuestra vida, decisiones, relaciones y eternidad. El propósito de Dios al realizar su obra es no sólo buscar la gloria de su nombre, sino también el mayor bien de sus criaturas. Podemos tener un conocimiento correcto de Dios, de quién es, cómo es, qué piensa, qué quiere, qué hace. Pero esto no es suficiente. Conocer a Dios implica reconocer a Dios, admitir que Él es quien es y someternos a su soberanía. Si Dios NO es reconocido como Soberano, el hombre está condenado a sufrir toda clase de esclavitudes y de opresiones. Será esclavo de otros hombres, de sus circunstancias, de sus propias pasiones, de su egoísmo, o de su naturaleza caída. No es sólo cuestión de la mente. Es una cuestión vivencial y existencial. Podemos tener una mente brillante y el alma vacía. Los hebreos eran un pueblo muy práctico. No eran demasiado metafísicos, como los griegos: no eran dados a especulaciones; tenían conceptos muy prácticos de las cosas y de las personas. Por eso, cuando en el Antiguo Testamento se habla de conocer a Dios, el verbo que generalmente se emplea (yada) es un verbo que tiene como significado esencial «mantener relación con». Conocer a Dios es, por consiguiente, mantener una relación personal con Dios, una relación de confianza y de obediencia a sus preceptos. Simón Pedro experimentó esto: Mateo 16:16–17 (RVR60) 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. O sea, ningún ser humano te lo mostró. Es Imposible conocer un Dios tan grande con cualquier esfuerzo humano, sólo lo hace posible su Voluntad para REVELARSE a nosotros(Revelarse Gr. es hacer conocer información que anteriormente era conocida solo por unos pocos o que estaba oculta guardada como secreto). Su gran amor por vos y por mí, hicieron que El se REVELASE A TU VIDA y hoy es TOTALMENTE posible CONOCERLO a TRAVES DE JESÚS. Hay sólo un medio para conocer a Dios: su propia revelación. Dios no ha permanecido en el silencio a través de los siglos, sino que, por el contrario, como leemos en la carta a los Hebreos (1:1), «Dios ha hablado muchas veces, de muchas maneras». Ha hablado por el testimonio del Antiguo Testamento y, finalmente, a través de la persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo. Como leemos en Juan 1:18: «A Dios nadie le vio jamás», pero «el unigénito Hijo, Él le ha dado a conocer». Él es la revelación perfecta de Dios. En Cristo se nos revela un Dios santo y justo. Pedro experimentó el asombro ante la Santidad y Justicia de Dios Lucas 5:8 (NTV) 8 Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: Señor, por favor, aléjate de mí, soy demasiado pecador para estar cerca de ti. Acá vemos que Dios no sólo se presentó a Pedro como el Mesías, sino que le mostró que es un Dios Santo, y eso lo convenció de que era un pecador, que necesitaba un Salvador para que lo justifique delante de Dios porque estaba perdido. Pero hay una segunda cosa que Dios quiere para nosotros 2- Este Gran Dios quiere que nos conozcamos a nosotros mismos Sigamos con la vida de Pedro, en otra ocasión Mateo 26:34–35 LBLA 34 Jesús le dijo: En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35 Pedro le dijo*: Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré. Todos los discípulos dijeron también lo mismo. Pedro debía aprender que las buenas intenciones no son suficientes en el Reino de Dios, que se necesita dependencia del poder de Dios, que se nos pide una confianza absoluta en la persona de Jesús y no en nosotros mismos. Una de las aportaciones más importantes de la psicología moderna al conocimiento del Hombre ha consistido en revelar nuestra gran capacidad para autoengañarnos. Nos ha mostrado toda una serie de mecanismos inconscientes, los mecanismos de defensa, que nos descubren una realidad muy antigua: el ser humano cierra los ojos ante las situaciones que le son molestas, o las disfraza para hacerlas más llevaderas. Es como un maquillaje que disimula «las arrugas» de nuestra psiquis. Esta miopía autoprovocada alcanza no sólo las reacciones emocionales y la conducta sino también un nivel más profundo, más trascendente y mucho más grave: nuestra situación moral. Este autoengaño profundo busca tranquilizarnos en cuanto a nuestra situación en la vida. Prestemos atención a un hecho que caracteriza a la sociedad actual porque es muy revelador: la gente cada vez tolera peor el silencio. Necesitamos prender enseguida el LED para ver y escuchar algo. En las calles ir con los auriculares puestos. Incluso uno de los últimos reductos de silencio, los hospitales tienen un televisor. El silencio molesta porque hace audibles nuestras voces interiores. Y estas voces profundas nos hablan de nuestra situación en la vida y en el mundo. Por eso los humanos hemos encontrado que es mejor acallar esas voces que se manifiestan a través de miedo, ansiedad, inquietud, intranquilidad, malestar y perturbación interna distrayendo nuestra atención y autoengañándonos de nuestro estado. Pero para conocerse a sí mismo el ser humano debe enfrentar la realidad del diagnóstico dado por Dios: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá? Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón …» (Jeremías 17:9–10). 3- Este Gran Dios quiere que nos convirtamos SIMON PEDRO DESPUES DE DECLARAR QUE JESÚS ERA EL MESIAS Y PROMETERLE LEALTAD ABSOLUTA, NIEGA A SU SEÑOR. Marcos 14:66–72 (TLA) En una manifestación de juventud cristiana por las calles de Londres, casi miles—de jóvenes llevaban pancartas que decían: «sonríe, Dios te ama». De pronto, de una esquina salió un joven con otra pancarta que decía: «arrepiéntete, porque sino desenvainaré mi espada». Cuando los demás lo vieron con esta pancarta, empezaron a pancartazos con aquel joven que se había atrevido a dar ese mensaje, acusándole de legalista, sin misericordia y fanático. Porque en aquella manifestación de: «sonríe, Dios te ama», no había lugar para un «arrepiéntete, si no Dios te castigará». En parte, voy a ser un poco ese joven que salió de una esquina con esa pancarta. No me cabe duda, y estoy completamente convencido, de que debemos sonreír porque Dios nos ama. Pero tampoco me cabe duda de que hemos llegado a un tiempo en que tenemos miedo de decir: «Es necesario que te conviertas. Si no, perecerás». Yo sé que está de moda el presentar un Dios de amor, en el cual yo también creo. Es una definición hermosa y, por descontado, bíblica. Quizás como reacción a tantos años de legalismo y falta de gracia en nuestras iglesias y mensajes se le ha dado mucho énfasis. Pero también tenemos otra parte de la Escritura que advierte, amonesta y exhorta a los hombres. Porque amar significa también exhortar y amonestar. Cuando se ama es cuando se reprende. Cuando se ama nos preocupamos de quien está destruyéndose y destruyendo a quienes están cerca de él, le advertimos y amonestamos. Dios disciplina a aquellos a quienes ama. Y el término griego que se utiliza es una palabra muy importante y bonita que significa pedagogía. Dios dice, y clama, a los hombres: «Es necesario que te conviertas». Un Dios sin justicia no puede ser un Dios de amor. Dios es un Dios de amor, y por ello advierte y amonesta a los hombres. Así que no hay que disculparse, tener miedo o pedir perdón por proclamar una doctrina bíblica por más que ofenda a alguien. Dios nos ordena que nos convirtamos, nos dice, nos suplica y nos manda porque quiere el bien de nuestras almas. Ha venido a traernos vida, y vida en abundancia. El término conversión conlleva la idea de que el hombre está perdido. Un hombre perdido significa que está fuera de lugar, fuera  del camino que Dios quiere que el hombre siga, se ha salido de él. La idea del término bíblico que habla del hombre perdido es: perdido y echándose a perder. Cuando Dios dice Conviértete, está diciendo cambia de vida, da un vuelco a tu vida, porque sino irás echándote a perder aún más. No sigas caminando en dirección opuesta a mí; te destrozas, te destruyes. Vuelve tu rostro a mí y conocerás lo que es sentir la paz, la bendición y el perdón. Yo Dios te lo ordeno, corre hacia mí. Eso experimentó Pedro, una conversión. 4- Este Gran Dios quiere que vivamos una vida consecuente Me he arrepentido de mis pecados, y ahora ¿qué? Debo tener un estilo de vida consecuente Si Jesús es mi Señor debe ser mi modelo y ejemplo, su Palabra mi guía, su voluntad mi deseo y su vida la mía. Esto no es que nunca nos equivocaremos o pecaremos porque› “Un cristiano no es un hombre que nunca se equivoca, sino un hombre capacitado para arrepentirse” C.S.Lewis Debo ser consecuente con la fe que he profesado, con el arrepentimiento que he manifestado, con el señorío de Jesucristo que he reconocido, con mi nueva condición de hijo de Dios, en una palabra, con mi conversión. ¿Y por qué necesito vivir una vida consecuente? Porque, de otra manera, pongo en tela de juicio la autenticidad de mi fe. Y Si después de nuestra supuesta conversión vivimos una vida igual que antes, ¿ dónde está el arrepentimiento? Pedro además de convertirse, entendió que Jesús no solo nos salvó, sino que nos salvó para algo que tenemos que hacer. Juan 21:15–17 (LBLA) Jesús llevó a Pedro al arrepentimiento, le mostró que previo a amar viene el quebrantamiento del yo. Es muy significativo comparar la fogata de la negación de Pedro en el arresto de Jesús y la fogata que preparó Jesús con un desayuno a las brasas donde le preguntó si lo amaba en la restauración de Pedro Juan 18:18 (LBLA)  Juan 21:9 (LBLA) En el primer fuego había preguntas hostiles, acusadoras y amenazadoras, oscuridad, temor, tristeza en el segundo fuego Jesús pregunta en una mañana radiante en medio de un desayuno ameno, le habla amablemente brindando restauración, esperanza, y propósito brindado a traves de una nueva oportunidad para Pedro. Quizás eso necesites hoy, o en algún momento de tu vida cristiana, reencontrarte con Jesús para renovar tu esperanza y que puedas ver las nuevas posibilidades que te ofrece para servirlo fielmente. En la Iglesia primitiva durante la persecusión muchos negaban a Jesús, y se presentó el dilema de aceptarlos o no como parte de la Iglesia, algunos decían que Pedro era un ejemplo de restauración al caído y otros decían que no debía ser así porque estaba el peligro de aceptar como parte de la iglesia a aquellos que no se habían arrepentido. Finalmente se acordó, que se aceptaba al hermano que había negado al Señor, siempre y cuando mostrara evidencia de arrepentimiento (Jesús le preguntó a Pedro varias veces si lo amaba, para mostrar que su arrepentimiento era genuino, que su yo no lo gobernaba, que estaba dispuesto a rendirse a su Señor, que eso era lo mejor para él y eso se manifestó en responder a la misión encomendada sirviéndolo fielmente hasta el última día de su vida). CONCLUSIÓN: RESPONDIENDO A LA PREGUNTA INICIAL ¿Qué quiere Dios del Hombre, de vos y de mí? Lo mismo que hace miles de años • QUE CONOZCAMOS A DIOS • QUE NOS CONOZCAMOS A NOSOTROS MISMO • QUE NOS CONVIRTAMOS • QUE VIVAMOS VIDAS CONSECUENTES Dios te dice en esta tarde: “Necesitás conocer en que punto de mi Voluntad estás hoy, porque quiero ayudarte, quiero hacerte bien” Dios te bendiga!