En este día de la madre
Integrar a nuestra mamá en nuestro corazón implica reconocer que ella nos dio la vida. Es aceptar ese vínculo tal cual es, sea una madre muy presente, amorosa y protectora, incluso a la que no está. O a la que no conocimos…
A medida que los hijos entran en la etapa de la adolescencia, es natural que busquen su independencia y desafíen las estructuras familiares. Aunque es importante empatizar con lo que están experimentando, no debemos olvidar que el papel de una madre va más allá de ser una amiga.
La jerarquía en el vínculo con los hijos les proporciona una guía necesaria. Es importante recordar que es la persona adulta, que, conjuntamente con el padre ponen las reglas esenciales, siembran valores y principios.
Claro que el papel de madre muchas veces se conjuga con la vida laboral/profesional, la responsabilidad doméstica y ser además esposa, lo que puede resultar muchas veces abrumador.
Según datos del INDEC, la dedicación desigual de las tareas domésticas sigue siendo un desafío para muchas mujeres en Argentina.
La sobre exigencia, de “ser una mujer virtuosa” según el viejo proverbio salomónico, pero en el papel de madre de una nueva realidad del siglo XXI, pone en jaque viejos paradigmas de una época donde no quedaba espacio al cuidado de sí misma, porque solo cuando mamá está bien puede brindar lo mejor a sus hijos.
Daniel Bustamante, Pastor de la IBC – iglesia para todos-

