La Migración de la Iglesia a las Redes Sociales
Como la persecución sacó a los primeros discípulos de Jerusalén según el libro de Hechos, el COVID-19 ha desplazado a los cristianos de los templos y los ha empujado a las redes y plataformas virtuales. Un fenómeno social nuevo y un desafío de investigación para sociólogos y trabajadores sociales.
Las restricciones impuestas con motivo de la pandemia impiden a las iglesias congregarse, debido a protocolos estrictos y cambiantes, según la dinámica de la curva de los contagios.
Muchas congregaciones están usando Instagram, Facebook o YouTube para hacer servicios en vivo. Mientras que la mayoría usa el sistema de mensajería WhatsApp.
“La reunión es fundamental”
Líderes e investigadores de la fe cristiana, coinciden en que la iglesia, no se define por el lugar físico de reunión, pero reconocen que el congregarse en un lugar determinado, tiene un papel fundamental para los creyentes, en una interacción mutua y en una comunión espiritual que hace la esencia de esta comunidad milenaria, instituida por el mismo Jesús de Nazaret.
En la dispersión de los cristianos en el primer siglo, emergieron los grupos pequeños donde se reunían en casas, luego en catacumbas debido a la persecución y confiscación de sus bienes personales.
Los primeros cristianos dispersos por el mundo antiguo en una etapa conocida como el paleocristianismo, no podían reunirse en templos, éstos aparecieron recién en el Siglo III con Constantino. En esos siglos III y IV, emergieron diferentes tipos de arquitectura eclesiástica realizada por artistas y arquitectos que no siempre comulgaban con la fe cristiana, nacida como una necesidad de estructuras propias para la religión institucionalizada.
El vocablo latín templum era el equivalente del término hebreo beth Elohim y significaba la morada de Dios; de ahí que, literalmente, significaba la Casa del Señor.
Jesús dijo en Mateo 18:20
«donde están dos o tres congregados en mi nombre yo estoy en medio de ellos».
Su compañía nos garantiza protección y paz en medio de las dificultades que atraviesa el mundo a través de la historia.
Una sociedad que sufrió varias epidemias y la famosa «gripe española» considerada la peor pandemia del Siglo XX, además de las dos grandes guerras mundiales, se fortalece en la esperanza que todo pasa, y cada día, los seres humanos podemos reescribir una nueva historia de superación y resiliencia.
Estamos viviendo una época de protagonismo de toda la iglesia, no solo de los pastores o líderes:
1 Pedro 2:9…
«Linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncies las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable».
La iglesia es un servicio esencial para la humanidad, por lo tanto no debe parar.
¿Cómo se reconfigura esta iglesia de este nuevo siglo?
La comunión de los creyentes en Cristo, siempre va ser “Iglesia”.
Daniel Bustamante, Ptor. de la IBC.