¿Qué nos une y que nos separa en esta pandemia?
Si algo nos enseña la historia de las epidemias, es como sobrellevar juntos. No es una tarea de los sociólogos, psicólogos o terapeutas familiares, sino de todos.
¿Qué nos une y que nos separa en esta pandemia?
En este complejo engranaje social donde todos nos sentimos vulnerables, emerge lo peor, pero también lo mejor del ser humano. Las desigualdades sociales aparecen con su cara más insensible en ciertos sectores que ya no tienen que perder.
En el hemisferio sur del planeta, la naturaleza se expresa a su manera en el mes de septiembre, días más luminosos, reverdece los campos, las flores lucirán en las plazas, aunque con ausencia de gente. Sin niños en las escuelas, ni ancianos en los espacios públicos.
Las grandes ciudades amanecen y se duermen casi desiertas, solo el personal esencial se desplaza cautelosamente. De vez en cuando, un colectivo cumple su recorrido. Los custodios, vigilan celosamente el cumplimiento de otra extensión de la cuarentena más larga de occidente.
Ojalá, que esta crisis que estamos atravesando nos ayude buscar más a Dios, fuente de toda razón y justicia, como invoca nuestra Constitución Nacional que, por gracia, fue inspirada por ciudadanos ilustres, muchos de ellos, tomaron el modelo Presbiteriano de los creyentes de Estados Unidos.
En medio de tanta oscuridad de una pronta salida, y del bombardeo de información cual Bolsa de Comercio de Wall Street, debemos recrear nuestros espacios personales y familiares, con lo que más nos gusta hacer para sublimar el trance.
Dios, no se ha desentendido de la humanidad, todo ocurre con un propósito. Él, se manifiesta de una forma sobrenatural en nuestras vidas, solo necesitamos creer.
Daniel Bustamante. Teología, Trabajo Social y Salud.

