Todos cambiamos para mejor o para peor. Es la ley de la vida que cambiamos.
No somos los mismos que el año pasado. Cuántos empleados en una empresa trabajan tranquilos por años, pero de pronto, cambia de dueño, cambia la firma, y ha cambiado la línea de producción, las líneas del personal, el modo de operar. Cambia todo el ambiente laboral. Todo cambia. Cambian los países, cambian las economías, cambian los gobiernos, por elecciones democráticas o en el peor de los casos por dictaduras. Jugadores de futbol que pensaron que jugarían por todo una vida, de pronto con 36 años, son considerados viejos en las grandes ligas. Como dice la canción que interpretó Mercedes Sosa. “Cambia lo superficial. Cambia también lo profundo. Cambia el modo de pensar. Cambia todo en este mundo…Cambia el clima con los años…Cambia el pastor su rebaño” Lo que cambio ayer, cambiará mañana…Padres que tan pronto aprendemos a lidiar con un bebe que da los primeros pasos… de pronto se transforma en un adolescente, y cuando uno dice aprendí a conocer a mi hijo adolescente, se transformó, en un joven, un joven que se quiere casarse o cambiar de carrera o salir de la casa para realizar su propio proyecto. Mientras el hogar se transforma en una especie de nido vacío. Pero nunca los padres, nos recibimos como padres. En aprender a vivir se nos va la vida.
Cuando alguien dice aprendí a ser mamá, se convierte en abuela. Aprendí a ser esposo y llega la amenaza de un divorcio. El mundo va cambiando más rápido de lo que uno cree.Los expertos dicen que la manera de lidiar con los cambios, es aferrarse y anclarse a un Dios que no cambia.
No hay manera de soportar la tormenta de los cambios si no nos anclamos a las promesas de un Dios que nunca cambia.Jesucristo es el mismo, hoy, ayer y por los siglos” Hebreos 13:8 Es la única manera de manejar los cambios, confiando en un Dios que no cambia. La Biblia dice en:
Malaquia 3:6 “porque yo soy Dios y no cambio, por esto vosotros hijos de Jacob no habéis sido consumidos”…a mí, me tranquiliza, depositar mi esperanza en un DIOS que permaneces fiel, a pesar que yo no siempre soy fiel.
Santiago 1:17… en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.O sea que no solamente no hay cambio, sino además, ni sombra de variación. Con esta misma lógica, Dios no odia el pecado con menos pasión, que lo odió hace miles de años atrás. El no cambia sus medidas. Nunca levanta sus restricciones. Dios no hace excepciones. No se ablanda. El permanece firme en su trono. La buena noticia: Dios tampoco cambia su gracia.
La gracia de Dios es una virtud sin pedirnos nada a cambio. Nos llega como un regalo en Cristo Jesus. La salvación es como un regalo de lujo, no nos merecíamos que Jesús muriera en nuestro lugar. Dios te dice en esta noche: te amé, desde antes de la fundación del mundo, que si metes la pata te doy otra oportunidad y te pongo un abogado que litigue en el juicio venidero. Yo te vuelvo a dar misericordia, te vuelvo a perdonarte vuelvo a elegir, ese es el Dios que no cambia. El tema es que muchas veces confundimos, como Dios no cambia, tampoco yo no debo cambiar. Allí nos mentimos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.De allí surge el legalismo.
En cuantas iglesias o en una familia, se dice aquí las cosas no van a cambiar, como lo veníamos haciendo los vamos a seguir haciendo. Siempre hicimos así y de esta estructura rígida no se alcanza a vislumbrar los propósitos de Dios en cada ciclo de la vida. En cada generación. Dios es Dios de generación en generación.Deuteronomio 7:9 9 conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.
Nuestro cerebro registra las cosas del pasado, tiende a operar más con los recuerdos, que con la visión. Se requiere nuevas conexiones de células neuronales para incorporar lo nuevo. Por esos los adultos mayores tienden a relatar el pasado y les cuesta asimilar lo nuevo. La Rhema (Griego) entre los hebreos era la palabra fresca, con vida que tenías al meditar las verdades de Dios dirigida por el E. Santo. En Lucas 1:38 María dijo he aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra (rhema).Dios ama la renovación. La naturaleza se renueva después de este crudo invierno y pronto la primavera será la evidencia que Dios, el creador, viste las flores del campo mejor que el más acaudalado de los reyes de este mundo. En la vida cristiana no hay nada mágico. Nos van a pasar cosas feas y lindas como a cualquier mortal. Nuestro cuerpo aún no está redimido, se enferma, se entristece, entra de depresión, nos sentimos frustrados. Pero nuestro Dios es bueno y todo es para moldearnos, para mejorar nuestro diseño original que Dios soñó para nosotros. Dios nos creó para que vivamos para siempre. Para que tengamos comunión con él para la eternidad. Pero a partir del pecado de Adán y Eva, todo cambió. Menos Dios. Entonces como es Dios tiene el corazón de un padre, soñó, con una gran familia, con millones de hijos alrededor del planeta. Por eso debemos recordar, como Dios fue fiel en el pasado, lo será en el futuro. Desde Génesis al Apocalipsis Dios ratifica sus promesas. EL no ha cambiado. Lo sagrado no puede volverse rutinario en tu vida. Cada vez que un predicador se para en este lugar, reconfirma las promesas de Dios a nuestro favor. Hagamos como Abraham que decidió hacer un cambio en su vida, se corrió de su tierra y parentela y se aferró a hacer la voluntad de Dios y camino soñando en sus promesas. ¡Bienvenido al mundo real Abraham! En el camino ocurren muchos acontecimientos que nos dejan un aprendizaje. Moraleja: Dejar las tiendas del pasado, para aprender lo que Dios me quiere dar. Hay momentos que hay que quemar los arados. “Los que confían en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” Isaías 40 :31.
¿Estás dispuesto a lo nuevo que Dios te quiere dar? Hay un libro. (Alvin Toffler) un revolucionario libro. “El shock del futuro”. Los analfabetos del siglo xxi no son aquellos que no van a poder leer ni escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender lo nuevo. En lo personal la tecnología, me supera cada día, y me siento un analfabeto de este siglo. Me cuesta, pero no me rindo... siento que debo reinventarme. A renovarme cada día. Dios tiene algo nuevo para hoy, para mañana y solo en la eternidad, también aquí en la tierra... Aprovecha mientras estas vivo, no esperes besar la frente fría en el ataúd de tu ser querido. Disfruta con tus padres, hermanos, hijos, amigos los que están cerca o lejos. La vida es corta y corta nuestra existencia en la tierra como la flor del campo. Un días esta luego desaparece con el fuerte viento. Todo cambia, también nuestras vidas y circunstancias.