Un Inocente murió por nosotros pecadores
Verdades que trascienden la historia.
A este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. Hechos 2:23
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21
Era inocente, pero fue crucificado.
En el juicio y crucifixión de Jesús, seis personas testificaron que él era inocente:
– Judas: “Yo he pecado entregando sangre inocente” (Mateo 27:4).
– Pilato: “Ningún delito digno de muerte he hallado en él” (Lucas 23:22).
– La mujer de Pilato mandó decir a su marido: “No tengas nada que ver con ese justo” (Mateo 27:19).
– Herodes no encontró “delito alguno” en él y, por lo tanto, afirmó que “nada digno de muerte” había hecho Jesús (Lucas 23:14-15).
– El ladrón crucificado junto a Jesús dijo: “Este ningún mal hizo” (Lucas 23:41).
– El centurión junto a la cruz “dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo” (Lucas 23:47).
Así, aunque era inocente, Jesús fue crucificado. ¿Por qué?
Los hombres lo rechazaron porque sus hechos, sus palabras y su persona les molestaban. No lo querían en medio de ellos porque su presencia les revelaba el estado de sus corazones. Preferían al chorro, asesinó y mafioso de Barrabas. ¡Qué decisión más degradante como sociedad!
Jesús les hablaba de Dios, de la gracia y de la verdad, pero “los hombres amaron más las tinieblas que la luz” (Juan 3:19).
Los hombres son, pues, responsables de haber condenado al Señor Jesús. Sin embargo, hay otra razón que condujo a Jesús a morir en la cruz: Como único hombre inocente, se ofreció a Dios para sufrir el castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados.
Por su sacrificio, nosotros somos hechos justos ante Dios, y Dios puede perdonarnos (1 Pedro 3:18).
ÉL y tan solo él, ocupó nuestro lugar de condenación.
Podría haber evitado la sentencia de muerte con un mejor abogado. Podría haber apelado al César. Podría haber pedido a Dios Padre una legión de ángeles.
PERO NO LO HIZO!!!
Reconoció que él era el REY de los judíos, El Mesías.
En su cruz estaba escrito en los idiomas más hablados de ese entonces que él era el REY de los judíos como testimonio legal al mundo. El derecho romano, en manos de Pilato, no cedió las presiones del clero modificar este documento que acreditaba quien era verdaderamente.
Él también es nuestro REY!!!! Infinito en poder!!!
Él es el rey de los cielos!!!
Adaptado por Daniel Bustamante.

