Valorando a tu Equipo
«Sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándonos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuiste llamados para que heredaseis bendición » (1°Pedro 3:8-9)
Un equipo tiene un mismo propósito.
En un equipo debe haber una parte en común que es el propósito que se persigue. La unidad se logra compartiendo un objetivo en común. Por eso enfócate en los talentos y dones que Dios te dio y no te preocupes de los defectos de otros.
Un equipo se pone la camiseta.
Ponerte la camiseta de tu equipo es la clave principal. Bendecí a tus compañeros de lucha. Bendecí a tu iglesia. Honra tu función asignada así la gente verá un equipo unido y el diablo huirá. Eso no quiere decir que tapes los errores, porque los errores se resuelven. Sentite orgulloso de tu equipo y Dios derramará bendición y vida eterna para todos.
Un equipo impulsa a la gente a sumarse, no a hacer un grupo cerrado.
Hay que tener mentalidad de conquista para que más personas se sumen. Con Cristo somos más que vencedores. Dios se hartó de las «estrellas» recuerda lo que pasó con Lucifer.
Hay gente que hace las cosas bien, pero se pelean con todos. El fin no justifica los medios. Es más importante tu relación con los demás que lo que haces.
Cuando vas a «parir» un sueño habrá dolor, oposición, dificultades, son dolores de parto, pero se convertirán en gozo.
Si quieres conectarte con gente maravillosa en un equipo, tienes que activar el gozo en tu corazón.

